Nadie puede con ella. Ni siquiera el tiempo, inclemente e irrespetuoso, le ha quitado un pelo de atractivo. Es más, parece que Kylie Minogue mejora con los años. Y no es solo por sabiduría, ni por oficio, ni siquiera por profesionalidad, es simplemente porque es Kylie. Y así lo está demostrando en su gira, que ha recalado en nuestro país esta semana (el lunes en Madrid, el martes en Barcelona).
La diva pop aparece en el escenario y su menuda figura lo llena todo. Sus gestos, sus bailes, su voz y sus trajes. La australiana se cambia de vestido más de cinco veces, baila numerosas coreografías, se revuelca en un sofá (made in Dalí por gracia de Tusquets), se mete en una bañera, hace twerkings, grita... Todo lo que haga falta para demostrar que sus 46 años no están reñidos con el sex appeal del que hace gala desde que empezó. Por algo es una de las reinas. Por algo muchos la coronaron el Madrid la reina pop tras cantar en las fiestas del Orgullo Gay. Un momento guardado como icónico para muchos.
El lunes, en Madrid, enloqueció a 6.000 personas, y en Barcelona se espera algo parecido. Termina sus conciertos con 'All my lovin' y 'The Loco-Motion', un tema de 1988 que todavía engancha al personal como el primer día.
Llena de cabeza y de inteligencia, con los pies en la tierra y mucha empatía con su público, Minogue no vende solo una cara bonita y eso, la mayoría, lo aprecia. Así siga hasta que le de la real gana. Que para eso es la reina.(fuente lecturas.com)
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